Las imágenes e impresiones en tres dimensiones (3D) están revolucionando la odontología con la habilidad de fabricar correctores dentales, dentaduras postizas, coronas e implantes rápidamente y con mayor precisión.
Antes, los dentistas creaban un modelo en yeso y lo enviaban a un laboratorio para que fuera procesado y poder reparar o reemplazar un diente o para proporcionarle un aparato al paciente. Al usar un escáner digital, programas informáticos y una impresora 3D especial de alta definición, un dentista ahora puede desarrollar materiales en el consultorio. Conocida como “fabricación aditiva”, ésta es la nueva frontera en el cuidado dental.
Dado su potencial para ahorrar tiempo, la impresión dental 3D goza de mucha popularidad entre los dentistas y estudiantes de odontología alrededor del mundo. El uso de esta tecnología está creciendo tan rápido que se espera que el mercado global de impresión 3D alcance los $9.7 billones para el 2025, de acuerdo a un informe de Grand View Research, Inc.
El aumento en la población de mayor edad, con más necesidades dentales y cirugías de reemplazo de dientes, impulsa la demanda de impresiones 3D. El promedio de dientes restantes para una persona de 65 años o más es 18.9, de acuerdo con hallazgos de la Encuesta nacional examinadora de salud y nutrición.
A medida que los dentistas comienzas a incorporar esta teconología en su práctica, puede que usted vea cambios en la forma en que manejan cuatro áreas de procedimientos: