Historia de la salud bucal: el origen del pastel de frutas

El pastel de frutas (una mezcla de frutas secas o frescas, nueces, pan y alcohol) ha resistido muy bien el paso del tiempo. Y no es de extrañar, pues con frecuencia parece más un bloque de cemento que un pastel. De hecho, el Departamento de Agricultura de EE. UU. señala que un pastel de frutas puede durar seis meses en el refrigerador y hasta un año si se congela. Y, dependiendo de a quién le pregunte, podría durar mucho, mucho más.

Aunque tiene mala reputación por ser considerado un bulto pesado y es víctima de interminables bromas ("¡mira, un pisapapeles!"), este denso postre sigue adelante. De hecho, tan solo una panadería en Georgia hornea 90,000 libras de este pastel todos los días durante la temporada navideña. Y no es solo en los EE. UU. Ya sea el stollen de Alemania, el panettone de Italia o el pastel negro de Jamaica, parece que el pastel de frutas gusta en todo el mundo.

¿Cómo surgió este postre que ha existido desde siempre, dura para siempre y se come en todas partes? Para responder eso, debemos echar un vistazo a la antigua Roma.

Año 900 d. C.

Apicio, una colección de antiguas recetas romanas que se cree que fueron compiladas alrededor del año 900 d. C., contiene varias recetas de pasteles, entre las cuales se encuentran algunas que combinan frutas, nueces y alcohol. También se encontraron imágenes de pasteles en murales que se desenterraron en Pompeya. Los romanos preparaban un pastel llamado satura (que en latín significa “plato mixto”) mezclando pan duro con piñones, semillas de granada y pasas, para luego remojarlo en puré de cebada y una bebida alcohólica elaborada con miel. Se dice que los soldados romanos preferían estos pasteles porque se conservaban bien.

Siglo XVI

La primera referencia que conocemos sobre el horrible “potaje de ciruelas”, que más adelante se llamaría “papilla de ciruelas”, data del año 1573, cuando alguien en Inglaterra pensó que combinar una pierna de ternera hervida con pan, especias, frutos secos, vino y azúcar sería una buena idea. Y aunque es difícil imaginar por qué no tuvo gran popularidad, ese platillo fue reemplazado tiempo después por el mucho más sabroso budín de pasas, una mezcla parecida a un pastel de frutas hecha con frutos secos, especias, pan y alcohol.

Siglo XVIII

Como los pasteles de fruta eran muy suntuosos, se decía que eran pecaminosos y se prohibieron en Europa continental a principios del siglo XVIII. 

      

 

Siglo XIX

Los pasteles de frutas se convirtieron en un elemento popular de la hora del té para los ingleses. También se servían en las bodas de la realeza británica, incluida la boda de la reina Victoria en 1840. La tradición continuó en los siglos XX y XXI, donde los pasteles de frutas se sirvieron en la boda de la princesa Diana y en la del príncipe Guillermo. De hecho, una porción del pastel de frutas que se sirvió en la boda de Guillermo se vendió recientemente en una subasta por la increíble suma de $7,500

Siglo XX

El pastel de frutas llegó a su punto más alto en 1969, cuando uno de sus ejemplares viajó al espacio en el Apolo 11. Sin embargo, nunca se lo comieron, y permanece en exhibición en el Museo Nacional del Aire y del Espacio del Instituto Smithsonian en Washington, D.C.

Siglo XXI

En diciembre de 2019, la familia Ruttinger de Tecumseh, Michigan celebró el aniversario número 141 de su familia con el pastel de frutas que la tatarabuela de Julie Ruttinger, Fidelia Ford, horneó en 1878. Ford había planeado servir el pastel después de dejarlo reposar un año, pero falleció antes de poder hacerlo. Por respeto, la familia decidió no comerlo y lo guardó en una caja de vidrio desde entonces. 

      

 

¿El pastel de frutas es malo para los dientes?

Cuando se trata de la boca, el pastel de frutas es prácticamente el enemigo público número uno. El pastel de frutas está absolutamente cargado de, bueno, todo, pero en particular, de azúcares y almidones que pueden dañar los dientes y las encías. También está lleno de frutos secos que pueden adherirse a los dientes y aumentar el riesgo de caries.

 

Cuando decida deleitarse con un pastel de frutas o con cualquier otro dulce festivo, siga estos consejos:

• Coma los dulces con una comida saludable para ayudar a neutralizar el azúcar en la boca.

• Disfrútelos con moderación. Mantener el consumo de azúcar por debajo del 10 % del total de calorías diarias puede reducir el riesgo de tener caries dentales.

• Beba agua, cepíllese los dientes o mastique chicle sin azúcar para eliminar el azúcar después de comer dulces.