Odontología a distancia: cuidado bucal en lugares remotos

Islas remotas. Bases antárticas. Submarinos en el abismo. Durante su infancia, es posible que haya imaginado cómo vivían las personas en estos lugares únicos. Pero ¿alguna vez se preguntó qué sucedía cuando esos residentes tenían dolor de muelas mientras vivían aislados? Así es como los residentes de tres lugares únicos reciben cuidado bucal.

En las Islas Pitcairn

Es casi imposible conocer el número exacto de islas que hay en el mundo, pero sí sabemos que alrededor de 11,000 islas están habitadas; ¡algunas con menos de cien y otras con decenas de millones de personas! La isla más inaccesible del mundo tiene menos de 70 residentes.

En algunas islas remotas, como Tuvalu, hay clínicas dentales con terapeutas de salud bucal que solo tienen permitido realizar limpiezas y empastes simples. Ese no es el caso de las Islas Pitcairn.

Las Islas Pitcairn son un pequeño territorio británico de ultramar ubicado en el Océano Pacífico y formado por cuatro islas. El aeropuerto más cercano se encuentra en la Isla de Gambier a unas 330 millas de distancia y hay solo un vuelo por semana. Para llegar de la Isla de Gambier a las Islas Pitcairn, deberá viajar 36 horas en barco. Además, el barco solo sale cuatro veces al año.

Los pocos médicos locales hacen todo lo posible para solucionar los problemas a medida que ocurren. El centro médico tiene una sala reservada para necesidades dentales que está equipada de una forma muy familiar a lo que usted podría ver en su dentista. Sin embargo, para procedimientos complejos como empastes y extracciones, los isleños deben esperar a que un dentista capacitado visite el lugar o viajar fuera de la isla para recibir atención.

 

En una base antártica

La base McMurdo es la comunidad más grande de la Antártida, capaz de recibir hasta 1,260 residentes durante los ajetreados meses de verano. La comunidad es transitoria, lo que significa que nadie vive allí todo el año, pero uno de los muchos roles necesarios para dirigir la base es el dentista.

La mayoría de los residentes de la base McMurdo solo están allí por periodos breves, y el dentista no es la excepción. Los dentistas generalmente permanecen allí durante seis a nueve meses y viajan entre la base McMurdo y bases más pequeñas tierra adentro para brindar atención allí.

No hay dentistas en la base McMurdo durante los meses de invierno. Los médicos que permanecen durante la temporada baja tienen cierta capacitación básica para tratar dolencias dentales, pero al igual que en las Islas Pitcairn, los pacientes que necesitan procedimientos complejos deben viajar en avión de carga al país más cercano, en este caso, Nueva Zelanda, para recibir tratamiento.

En un submarino

¿Cuál es la primera palabra en la que piensa cuando imagina la vida en un submarino? Si pensó “incómodo”, ¡podría quedarse corto! Los submarinos son estrechos y pueden alojar entre 90 y 140 tripulantes. En sus literas, los marineros tienen aproximadamente 15 pies cuadrados de espacio para ellos mismos y sus pertenencias personales. Las camas son tan pequeñas que a veces se les llama “ataúdes”.

Ese tipo de lugar no se presta para consultorios dentales súper modernos. En realidad, muchos tipos de submarinos ni siquiera tienen lo que se considera una “enfermería” o una sala especial para tratar problemas médicos. En lugar de eso, usan otras salas en caso de emergencia.

Pero no se producen emergencias con tanta frecuencia. Esto se debe a que todos los marineros en submarinos deben tener una excelente salud física, incluida la salud dental. Antes de salir a navegar, los marineros deben:

  • Completar todo su tratamiento dental
  • No tener indicios de infecciones de las encías
  • No tener ninguna afección que requiera atención de seguimiento extensa o prolongada que no se complete debido a que están en servicio activo, como por ejemplo, ortodoncia
  • Pasar el examen de un profesional dental

La Armada naval exige exámenes orales meticulosos para los submarinistas para evitar posibles problemas durante el viaje. Los marineros se clasifican en tres categorías: clase I, clase II y clase III, y los submarinistas deben ser clase I o clase II para salir al mar.

  • Los marineros de clase I tienen buena salud bucal y no se espera que requieran tratamiento o evaluación dental durante los próximos 12 meses.
  • Los marineros de clase II tienen algunas enfermedades bucales que, si no se tratan, no se espera que causen una emergencia dental en un periodo de 12 meses.
  • Los marineros de clase III tienen una enfermedad bucal que, si no se trata, se espera que cause una emergencia dental en un periodo de 12 meses.

¿Sabía que...?

¡Para ser astronauta se debe tener una salud bucal excelente!

Ya sea que desee recorrer el mundo en un submarino, vivir en una isla remota o simplemente quedarse cómodamente en su casa, su salud bucal es increíblemente importante. Incluso si no planea viajar a la Antártida en un futuro cercano, cepíllese los dientes y visite a su dentista para mantener su salud bucal. ¡Quién sabe a dónde pueden llevarlo sus futuras aventuras!