Los empastes de amalgama crean un nivel muy bajo de exposición al mercurio que podría afectar a algunos grupos, de acuerdo con las guías recientes de la FDA. Estos incluyen a mujeres embarazadas o lactantes, niños menores de 6 años, personas con insuficiencia renal o enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson y aquellos alérgicos al mercurio u otros metales en la amalgama.
Una buena alternativa a los empastes de amalgama es el empaste compuesto. Está hecho de resina plástica y vidrio y tiene un color blanquecino para que se mezcle con sus dientes.
Consulte con su dentista para ver qué tipo de empaste es el mejor para usted. Puede prevenir las caries dentales y la necesidad de usar empastes cepillándose dos veces y usando hilo dental una vez al día, llevando una dieta equilibrada, limitando su consumo de azúcar y visitando al dentista con regularidad.