• La anestesia local reduce o elimina el dolor en la zona donde se aplica. Se puede aplicar en forma de inyección o directamente sobre la piel. El anestésico adormece la zona donde el dentista necesita realizar un procedimiento, como extraer un diente o empastar una caries. La anestesia suele tener efecto en unos minutos y dura una o dos horas. Si su ansiedad se debe al miedo al dolor, esta es una de las formas más fáciles en que los dentistas pueden manejar el problema.
• La sedación se puede utilizar cuando necesite algo más que anestesia local para ayudarlo a relajarse y controlar el dolor durante un procedimiento complejo, como una cirugía bucal, o si está especialmente ansioso. Los sedantes pueden inyectarse o inhalarse y lo harán dormir ligeramente.